Un debate lleno de descalificaciones y acusaciones cruzadas fue el que protagonizaron esta noche el Presidente de EE.UU., Joe Biden, y el líder republicano Donald Trump, en el que fue el primer cara a cara entre ambos con miras a las elecciones de noviembre próximo en el país norteamericano. Había expectación sobre este encuentro. Después de cuatro años, ambas figuras políticas volvían a enfrentarse en un set televisivo, sin embargo, la impresión que ambos dejaron en este evento no fue de las mejores, aumentando la incertidumbre en la que se prevé como una de las campañas más estrechas de la historia.
Y si bien se esperaba que las acusaciones cruzadas fueran parte importante de este cara a cara, tampoco hubo ideas ni nuevas propuestas. Si ambos candidatos aspiraban a convencer al electorado indeciso, este debate definitivamente no sirvió para aquello. A eso hay que sumar el errático desempeño de Biden, que dejó más dudas que certezas, ya que se mostró bastante dubitativo, acrecentando los cuestionamientos sobre su capacidad para seguir gobernando otros cuatro años. Ataque tras ataque Una vez comenzado el debate en los estudios de CNN en Atlanta los ataques no se hicieron esperar. Ante la primera pregunta sobre economía, Biden disparó inmediatamente contra su adversario: «Estamos en una situación en que, si ven todo lo hecho en su gobierno, no hizo mucho. Cuando dejó el cargo las cosas estaban en caos, literalmente», indicó. Trump respondió asegurando que «lo único que creó él (Biden) a nivel de trabajo ha sido con los inmigrantes ilegales», agregando que «la inflación ha estado matando a este país».
Las descalificaciones siguieron de lado y lado. Trump atacó con fuerza la política económica de Biden, pero por otro lado respondía las preguntas de Dana Bash y Jake Tapper con muchas evasivas e imprecisiones o desinformación. La inmigración ofreció el escenario más fructífero para los reproches mutuos. Trump acusó a Biden de haber convertido el país en un «nido de ratas» al no poner freno a la entrada de «criminales» y provocar que los inmigrantes estén matando a los estadounidenses, mientras que el Presidente tachó de «ridícula» esa afirmación, que no se sustenta con cifras. El Mandatario demócrata admitió que todavía quedan «cosas por hacer» y defendió su gestión tanto económica como migratoria en comparación con la de su antecesor: «La pandemia fue tan mal manejada que mucha gente murió (…) La economía colapsó. No había empleos. La tasa de desempleo aumentó al 15 %, fue terrible. Lo que tuvimos que hacer fue intentar recomponer las cosas nuevamente». Para Biden, votar por Trump es votar contra la democracia. Para el republicano, en cambio, que el Mandatario siga en el poder acabaría con Estados Unidos: «Si gana, nuestro país no tiene ninguna posibilidad. Probablemente no nos quede ningún país. Así de malo es. Es el peor de la historia. Si me dan otros cuatro años, yo seré el mejor», dijo, después de que su adversario también lo haya tachado como «el peor de la historia». Aborto, el Capitolio y Palestina Otro de los temas abordados en el debate fue el aborto. Ahí, Biden culpó a Trump de erosionar los derechos al aborto luego de que los tres jueces designados por el ex mandatario republicano a la Corte Suprema federal votaron a favor de anular el fallo del caso de Roe vs. Wade, que había reconocido el derecho constitucional al aborto en todo el país. «Ha sido terrible lo que has hecho», le dijo a su rival. Trump, en tanto, dijo que su presidencia devolvió la cuestión del aborto a la gente a través de las leyes estatales. Señaló -citando a Ronald Reagan- que apoya las excepciones a la prohibición del aborto por violación, incesto y si la vida de la madre corre peligro, y repitió su afirmación falsa de que Biden apoya el aborto hasta y después del nacimiento. En otros temas, tras ser consultado por el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, Trump siguió su estrategia de evadir y responder sobre otros temas, atacando principalmente a Biden. De todos modos, cuando se le preguntó por el papel que desempeñó, respondió que había animado a la gente a actuar «pacífica y patrióticamente», y luego cambió de tema para atacar a la ex presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi. El líder republicano, que ha planteado la idea de indultar a los amotinados, insinuó que sus partidarios que irrumpieron en el Capitolio eran en realidad pacíficos y ahora están siendo perseguidos políticamente. En la misma sintonía, al ser consultado por si apoyaría la creación de un Estado palestino en caso de volver a la Casa Blanca, el ex mandatario evitó responder directamente la pregunta y se limitó a decir que «tendría que verlo». Biden y las dudas que no pudo aplacar Pero así como Trump destacó en este debate por sus ataques y evasivas, Joe Biden llamó la atención por su errático actuar, alimentando aún más las dudas en torno a si el Mandatario de 81 años está apto para gobernar un nuevo periodo.
Desde que llegó al estudio de CNN a paso cansino, las alertas en el seno demócrata se encendieron inmediatamente. Durante toda la transmisión, Biden se vio lento, dubitativo e incluso ido, sobre todo cuando le tocaba hablar a su adversario. Ejemplo de esto fue cuando el gobernante pareció perder el hilo mientras daba una respuesta sobre la política fiscal y se desvió a la política de salud, y en un momento dado utilizó la palabra «covid», y luego dijo: «perdón, con, tratando con», y se desvió de nuevo. Los titubeos del Mandatario, que llegó con gripe al evento -he ahí el motivo de su voz ronca-, y las expresiones de burla por parte de Trump cuando su rival divagó y dejó en más de una ocasión frases sin acabar, marcaron el debate. «No tiene capacidad para ser presidente. No deberíamos tener un debate. No hay nada que debatir», decía el líder republicano. Con todo, Biden pretende seguir en carrera y no bajar los brazos. No obstante, su desempeño dejó más dudas que certezas.
Fuente: Emol.com